Su historia, su función, su contenido.
Dentro del mobiliario litúrgico de nuestros lugares de culto, los retablos ocupan un puesto relevante, por su número, contenido iconográfico y figurativo, belleza de formas artísticas; de tal manera que hasta nuestros días han llegado a constituir la parte más esencial y característica de nuestros templos después de la propia arquitectura de los mismos.
Los retablos tienen como antecedentes el deseo y la necesidad que sienten los fieles de ambientar y embellecer los lugares donde se reunían para celebrar su fe, en los que se destacaba el altar para el sacrificio de la eucaristía y los «loculi» o «nichos», donde se hallaban los sepulcros con las reliquias de los mártires, cuando la reunión se celebraba en las catacumbas. Al principio fueron símbolos muy sencillos, que casi siempre estaban sujetos a la disciplina del arcano con el fin de evitar las profanaciones o las bur- las de los paganos, o una prueba demasiado dura para los no iniciados.
El retablo, que se inicia como un accesorio del altar, a medida que se desarrolla va restando importancia y oscureciendo la primacía del altar, y cuando llega a su pleno crecimiento, reduciéndolo a un segundo plano pasa a ser accesorio y peana del retablo. Y de tal manera se identifican, que al retablo se le llamará altar y no se concebirá, ni se hará un altar sin retablo, quedando en algunas épocas tan ensamblados que formaban ambos un conjunto arquitectónico y artístico.
Todos nuestros retablos para tu disfrute
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Retablo de los Reyes
Cuadro-Retablo de la Última Cena
Retablo de la Sagrada Familia
Retablo de Cristo
Retablo de San Martín
Retablo de San Millán de la Cogolla
Retablo de San Lorenzo
Retablo de San José
Retablo de San Miguel, arcángel
Retablo del Salvador
Retablo de San Pedro
Retablo de la Virgen
Retablo de Cristo Resucitado
Retablo de San Esteban
Retablo de la Inmaculada
Retablo de San Julián
Retablo de San Mamés
Retablo de Santa Eulalia
Retablo de Santa Ana
Retablo de Santa Catalina
Retablo de San Juan Bautista
Retablo de San Bartolomé
Déjate guiar por los visitantes que han disfrutado de nuestro museo
Adriana
Reseña recogida desde GoogleBonita iglesia que actualmente alberga un museo del retablo, que a su vez sirve de lugar de exposición de numerosos retablos, tallas policromadas y otros objetos religiosos traídos y restaurados de diferentes localidades de Burgos y otras ciudades españolas. Merece muchísimo la pena su visita para apreciar y disfrutar del rico patrimonio artístico de España.
Josune Arcelus
Reseña recogida desde GoogleVale la pena hacer el esfuerzo por llegar. Ya no es iglesia de culto, únicamente museo, por lo que se puede una pasear por espacios que en casi todas las iglesias son inaccesibles, como el altar y el coro. Eso es especial, pero también el hecho de que puedes ver muchísimos retablos de la más alta calidad muy de cerca. Se goza de los colores y los detalles de manera muy diferente a cuando se ven en los sitios originales. Definitivamente vale la pena. Gran idea la de este museo, para rescatar los retablos rurales.
Laura Méndez Vergel
Reseña recogida desde googleLa perspectiva que se ha tomado para la elaboración discursiva me parece todo un acierto, puesto que no solo se hace hincapié en las obras expuestas sino que pone de manifiesto el transfondo de la tenencia de los numerosos retablos allí ubicados. Muestran a través de audiovisuales la labor que allí mantienen para continuar con el objetivo. Por lo tanto enriquece al visitante, no solo de manera artístico-cultural, sino que instruye sobre las técnicas efectuadas a día de hoy, correspondientes a criterios basados en nuestra relación y comprensión del arte y cultura.