El retablo de San Mamés es quizá el más espectacular de cuantos se exponen en el museo, por la amplitud de sus dimensiones y sobre todo por sus numerosas esculturas y la viveza y variedad de colorido de sus pinturas.
Es una obra modelo de retablo mixto de pintura y escultura. Es el retablo principal de la iglesia parroquial de Padrones de Bureba, de donde hubo de ser desmontado por el gran deterioro de su arquitectura que apenas podía mantenerse en pie, y trasladarlo al depósito diocesano en espera de un tratamiento para su posterior montaje.
Esta tipología de retablo mixto pintura-escultura se repite en otras tres iglesias de la comarca de la Bureba a la que pertenece Padrones.
El tema principal del retablo es la historia de San Mamés, mártir, a quien según testimonio de San Gregorio Nacianceno, se le tenía gran devoción en Oriente, donde se le llamaba MAMASo MAMETE.Su devoción pa- só pronto a Occidente donde se le dará el nombre de Mamés. Su vida según la leyenda Aurea, está marcada por la prueba y la valentía para demostrar la fe. Nació trágicamente de padres nobles, en la cárcel de Cesárea, en la que se hallaban por confesar la fe cristiana. Ambos mueren en ella y el niño, allí nacido es recogido por una noble señora que lo adopta y educa cristiana- mente. Muerta ésta, a los 15 años, es acusado de ser cristiano y de mantener la fe de sus compañeros de estudio, en la persecución de Aureliano. Lleva- do ante el emperador, mantuvo su fidelidad a Cristo a pesar de los tormentos, y, condenado a ser arrojado al mar, es liberado por un ángel que le conduce a un nuevo género de vida en el monte de Cesárea. Allí, identificado con la naturaleza como un precursor de San Francisco, vive feliz predicando a los animales que le sirven y le dan alimento. De cuándo en cuándo baja a la ciudad a repartir entre los pobres el queso que le sobraba. El gobernador mandó prenderle, pues le tomó por un encantador. El joven se niega a de- jar su forma de vida y el gobernador le somete al tormento del fuego cuyas llamas ningún mal le causan; es echado después a los leones que mansos se acercan a lamerle los pies y por fin muere apedreado y destripado. La Iglesia conmemora su martirio el día 17 de agosto.